Comenzaron en la cancha con la tradicional vuelta olímpica, luego la entrega de la copa levantada por el capitán Cáceres, un sinfín de fotos con sus familiares, amigos y simpatizantes. Más tarde la caravana hacia la sede del club, donde ya entrada la noche siguieron festejando un nuevo campeonato.
Los primeros abrazos ni bien pitó el árbitro se dieron en el círculo central, para de a poco irse trasladando al alambrado perimetral que da a la zona de los bancos de suplentes. Allí saltaron y cantaron junto a parte de la hinchada colgados del alambre, sumándose los lesionados y el resto del plantel.
Después se organizaron para dar la vuelta olímpica, varios de ellos envueltos en una enorme bandera con los colores verde y blanco, al grito de dale campeón, mientras recibían el aplauso de los cuatro costados de la cancha.
Más tarde llegó la entrega de la copa, de manos de los principales directivos de la liga, siendo su capitán Cáceres el primero en levantarla, para luego enseguida compartirla con sus compañeros entre saltos y más abrazos, vistiendo ya la mayoría de ellos una remera blanca con letras verdes que decía en el dorsal: “Liga Costera del Río de la Plata campeón 2022”.
Ya con el público en el terreno de juego, empezó la lluvia de flashes, porque nadie quería perderse una foto con la copa, uniéndose jugadores con sus familiares y amigos, más los dirigentes –comisión directiva y subcomisión de fútbol- e hinchas (de todas las edades) que coparon el predio. Mientras tanto, todo se podía seguir en vivo mediante un vivo de Instagram desde la cuenta oficial del club y también a través de una transmisión de YouTube, en donde se pudo ver el encuentro en su totalidad y al finalizar el mismo llegaron las notas post partidos con los protagonistas de la consagración.
También hubo un reconocimiento para el DT, a quien subieron en andas y revolearon por el aire, mientras cantaban: “que de la mano del Chaca Yaques todos la vuelta vamos a dar” entre otros hits futboleros tales como: “palo palo palo palo bonito palo eh somos campeones otra vez” o “el bicampeón, el bicampeón” y por supuesto la infaltable dedicatoria para su clásico rival.
Tras un rato largo de celebración en el Harfuch, de a poquito se fueron movilizando hacia la sede social, donde como es habitual continuaron los festejos hasta la noche, al ritmo de los redoblantes y el sonar de trompetas. Culminando el domingo con una cena para todo el grupo de jugadores y su cuerpo técnico, a modo de agasajo para los flamantes campeones.
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